martes, 4 de mayo de 2010

Pegarse tiros

El Obradoiro descendió a la LEB este domingo. Poco se puede añadir ya al análisis del proceso autodestructivo, quizás sólo elegir el momento en el que el club pasó de pegarse tiros en el pie a pegárselos directamente en la cabeza. El cupo de decisiones acertadas se agotó antes de Navidades. Llegaron entonces las malas, una detrás de otra, sin remedio. Incluso a los que defendimos la destitución de Juane como director general se nos acabó haciendo imposible justificar el trabajo del presidente, empeñado en la complicada misión de tirar por la borda la gran imagen que se había labrado durante la travesía en el desierto. Llega ahora el pozo de la LEB del que no resulta fácil salir. Hacen falta un nuevo entrenador y un nuevo presidente. La afición, el verdadero descubrimiento de este año, responderá de nuevo y desmostrará por qué este club no constituye un castillo artificial en el aire

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