martes, 28 de septiembre de 2010

El trabajo del alcalde de Caldas

Casi una semana ha tardado en llegar a Caldas el conselleiro de Medio Ambiente. Cualquiera que prestara atención a la crisis desarrollada en los últimos días podría pensar que la responsabilidad recaía sobre el alcalde del municipio, Juan Manuel Rey, que es quien ha estado al pie del cañón en todo momento. Y no. La competencia en los problemas del río Umia es de la Xunta, que ha optado por un perfil bajo, con apariciones de altos cargos de Augas de Galicia y del delegado territorial de Pontevedra. La exposición continua, como la de Rey, implica errores, por ejemplo la de insistir tanto a los vecinos en la potabilidad, cuando el problema no es ya de salubridad sino de sensaciones y cautela, pero el alcalde ha demostrado que no se esconde. Dar un paso al frente en medio de una crisis y más cuando parece que los demás rehúyen la pelota, merece un reconocimiento. Aquí queda escrito el mío.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El agua verde de Caldas

El alcalde de Caldas garantizó ayer la potabilidad del agua que viene del Umia. A cualquiera que viese la foto de portada que el miércoles publicó este periódico le entrarían las dudas. Dudas sobre si Juan Manuel Rey vio bien el color que predomina en el embalse (puede que verde pistacho, puede que verde Umia), dudas sobre si bebe agua del grifo o embotellada, dudas sobre si lloverá y todo se normalizará poco a poco o si seguirá la sequía y la gente de Titanlux se empezará a mosquear por la competencia. Es malo negar la realidad. Porque puede que el agua de la traída sea potable, pero otra cosa es que sepa bien, así que lo más lógico habría sido que Rey tranquilizara a la población y recomendara beber botellas del supermercado hasta nuevo aviso. Alguien debió explicarle que el alcalde de Caldas no gana nada diciendo a la gente de que el agua turbia es igual de consumible que la de Mondariz.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Luis Tosar

Le dijo a su novia, que trabajaba en una conservera, que no olía a pescado sino a sirena. Más tarde se metió a delincuente de altura, allá por Miami, entre planeadoras y protagonistas que no sabían ni llevar una camisa hortera con una pizca de estilo...

http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/62824.html

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ezequiel Mosquera

Imposible no identificarse con él: el viejo corredor casi invisible durante años que, de repente, paso a paso, Vuelta a Vuelta, subía peldaños en la clasificación general. Ayer sudó, tez morena de ciclista de antiguo, las arrugas de la cara como surcos del arado, y no pudo. Nibali, italiano, lo ató en corto con una goma y lo tuvo ahí toda la subida, ocho segundos, veinte a lo máximo, y fue recogiendo la cuerda a menos de un kilómetro, hasta que llegó a la meta soldado a la rueda trasera de Ezequiel, para qué esprintar y disputar la etapa, la elegancia del campeón se cimenta en detalles así. Es posible que ésta fuera la Vuelta de Mosquera, que el tren se vaya alejando poco a poco hasta perderse bajo la pancarta del gran premio de la montaña. Quién sabe. Nadie lo conocía hace un lustro, y ya tenía 30 años. El año que viene cumplirá 36, pero no conviene subestimarlo por su DNI: en el podio de la Bola del Mundo no admiten a los don nadie.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Louro

Después de las vueltas que le ha dado al asunto, parece evidente que a Antón Louro no le hacía excesiva gracia desembarcar en Pontevedra para competir por la Alcaldía. Buceando en la hemeroteca, he encontrado una reveladora frase de 2007: «Gústame a política local e apaixóname a nacional». En esa política nacional era donde estaba, en un cargo que le venía al pelo, el de delegado del Gobierno. Ahora, se enfrenta a la muy pero que muy difícil tarea de darle la vuelta a la tortilla y conseguir más votos que Lores. Los otros dos escenarios, que no lo logre o que Telmo Martín se haga con la mayoría absoluta, lo dejan fuera de la Alcaldía, así que habría cambiado un alto cargo por una tenencia de alcaldía en el mejor de los casos. Queda una tercera opción, que BNG y PSOE puedan gobernar unidos pero que Louro no pacte con Lores. Sería lo peor. No hay nada menos deseable que un gobierno en minoría.

martes, 14 de septiembre de 2010

Siniestro Total

Saca nuevo disco Siniestro Total, ‘Country & western. Dice un amigo que desde Miguel Costas dejó el grupo Siniestro ya no es Siniestro y algo de razón tiene, pero no toda. Vayamos por partes: Siniestro es Julián Hernández, y hablar de él merecería más que estos 900 caracteres, pero el espacio es el que es. El último concierto de Siniestro al que asistí fue en Vegadeo. Seríamos unos 100 tirando a lo alto, y el ruido lo montábamos no más de diez. Lo normal habría sido que tocaran un rato y se marchasen después de cobrar. Y no. Aquel fue uno de los conciertos más memorables a los que he asistido. Por eso, podrán hacer un disco de country que no compraré, pero su vuelta a las noticias hará que hoy, a falta de un lugar en el que escuchar mis viejas cintas TDK, me pase la mañana abonado a Youtube. Procuraré no inundar el facebook con los enlaces, pero no prometo nada. Los revivals tienen mucho de impredecible.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otoño

Cuatro gotas. Sensación de otoño. El calendario dice que es verano. Miente. Me he puesto las botas de agua, hundidas en el fondo del zapatero, y huele todo el día a Gore-tex como si me lo hubiesen inyectado en la nariz. Todo sigue igual que el otoño pasado. Me han caído cinco supergotas como una ráfaga de metralleta al bajar por Loureiro Crespo. Una ha entrado por dentro de la camisa. Bola extra para el tirador, sensación de escalofrío para mí el resto del día. En Marín se ha inundado la calle Calzada, en unas semanas un temporal se llevará un poco de arena de la playa de Silgar para devolverla después. Lo dicho: todo igual. Voy a sacar la manta del armario e incluso es probable que duerma con pijama y cene un cola cao con galletas. Normalmente me gusta el otoño, la sensación de ponerme el primer jersey después del verano. Hoy no. Hoy, ya ven, me molesta septiembre.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Francamente

Al mediodía la marabunta desfilaba hacia el centro, no había ningún piloto suicida en dirección contraria, para qué, lo habrían arrollado. Más disfraces que en Carnaval y más comida que el domingo en casa de mamá. La Feira Franca nació de la nada, o más bien de la concejalía que comandaba Luis Bará, y hoy parece tener más tradición que las Peregrinas. Pontevedra exporta ahora su modelo de ciudad, pero antes, mucho antes, exportó esta feria, que se reproduce por toda Galicia sin copyright ni derechos de autor. Ayer había gente en las calles, cerveza en las jarras y sol en un cielo sin nubes. El pack completo. Hace años no había paja en el suelo ni los pontevedreses se enzarzaban en discusiones sobre si van disfrazados o vestidos de época, que parece que queda más chic. Hace años no había Feira Franca. Y uno se pregunta qué se hacía aquí el primer fin de semana de septiembre. Parece tan lejano (y tan imposible, ¿cómo se vivía sin esta fiesta?) que ni usted ni yo nos acordamos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Agoreros

Resurgen los agoreros, agazapados desde que empezaron las eliminatorias del Mundial de fútbol. Estaban escondidos, esperando su oportunidad, y ésta ha llegado: la selección de baloncesto ha perdido un par de partidos y no ha dado una sensación de fluidez y buen juego. Esos dos hechos, ciertos, irrefutables, los convierten los agoreros en el inicio del fin, en el primer paso para hacer las maletas, el fin de una generación de oro, no valen para nada. Y se equivocarán. Seguro. Este equipo responde siempre, compite siempre, pelea siempre. Tiene calidad a pesar de las dolorosísimas ausencias y ya antes, precisamente hace un año, resucitaron después de que medio país los diera por muertos. Convendría recordar que fueron ellos, precisamente ellos, los que mandaron al infierno la maldición de cuartos. Pensaban más allá: para la ÑBA el partido decisivo siempre ha sido la final.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Laurent Fignon

Laurent Fignon era demasiado antipático para gustarle al público. Un tipo que le escupe a una cámara de TVE después de la derrota de su vida tiene muchas papeletas para ser odiado. Lemond parecía mejor persona, era más guapo y mucho menos francés, porque, de hecho, era norteamericano. Fignon perdió el Tour ‘89 por ocho segundos y algo se rompió definitivamente en su carrera. Nunca volvió al podio de una gran vuelta. Lo poco que recuerdo destacable después de aquello fue lo que respondió cuando le preguntaron que por qué no se cortaba la coleta que lucía: “No me corto el pelo sencillamente porque ya no crece más”. No es mucho para un ciclista llamado a reventar los records después de ganar dos Tours con 24 años. Fue Ullrich antes de Ullrich. Un cáncer de caballo lo fulminó ayer. Lamentablemente, a muchos de nosotros fue justo entonces cuando nos empezó a caer simpático.