jueves, 19 de mayo de 2011

¿La promesa es para todos?

Es habitual en campaña ver a los representantes de los partidos en la oposición conseguir la promesa de proyectos para su municipio acompañados del conselleiro o el dirigente autonómico correspondiente. No es algo nuevo de la etapa de Feijóo. También ocurrió durante el bipartito. Pongamos un ejemplo: Javier Domínguez, portavoz del PP de Poio, consiguió ayer la promesa del responsable del Instituto Galego da Vivenda e Solo para la construcción de pisos de protección en la calle Valiña. Las preguntas que se me ocurren son varias: ¿Qué pasa si se reedita el bipartito y el nacionalista Luciano Sobral sigue siendo el alcalde de Poio? ¿Siguen garantizados los fondos si el Concello está de acuerdo con el proyecto? Si ese plan es tan importante, ¿por qué la Xunta no lo anunció en los últimos meses al alcalde de Poio, elegido por los vecinos? Podría añadirse aquí la tendencia a la falta de respeto institucional que se está produciendo desde la Xunta de Galicia, un hecho, esta vez sí, agravado desde que Feijóo es presidente y que implica la visita de cargos institucionales a un concello sin la imprescindible invitación al alcalde de la localidad y sí al portavoz de la oposición, cuyo partido coincide con el del gobernante. Es necesaria una regulación sobre estos asuntos. O, mejor dicho: es necesario mantener ciertas formas. Lo contrario distorsiona la democracia. Y no es bueno.

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