domingo, 7 de septiembre de 2014

¡Escaramujos!

Hemos descubierto muchas cosas este verano. Por ejemplo, que Audasa nos sangra. Audasa ens roba, habrían puesto en la pancarta los catalanes, pero nosotros, que somos más de golpes de pecho, hemos optado por otra vía: convertir la rutina en noticia de primer orden, de buenas a primeras, como si la concesionaria se hubiese transformado de improviso tras un amor de lustros. Del Doctor Jekyll a Mister Hyde en un par de peajes.
Ha sido como un shock. En su famoso Cuento de Navidad, Charles Dickens habría catalogado nuestras portadas como el Fantasma de las Navidades presentes, pese a que Audasa se lleve riendo de los conductores desde el inicio de los tiempos. Audasa es, clarísimamente, Ebenezer Scrooge, inmortal, que repite sin cesar «¡escaramujos, escaramujos!» mientras las quejas por el servicio suenan de fondo, como el goteo de un grifo. Han bastado un puñado de colas a la vuelta de las playas para que recordáramos que durante años hemos padecido unas prácticas abusivas. La caída de San Pablo de su caballo, un ‘happening’ al lado de esto.
Porque es la misma Audasa la que ha ido reduciendo el número de cobradores (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/356677-escaramujos

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