Ha sido una lucha silenciosa, casi se diría que subterránea, que el Carabela ha ido perdiendo como Olano fue perdiendo media docena de Tours, minuto a minuto. Hablamos de Historia de Pontevedra, así que lo mejor, para no perdernos y saber dónde ponemos los pies, sería empezar por el principio. El principio son un puñado de periódicos viejos y amarillos. Porque si se consultan las hemerotecas en busca de los orígenes de la hostelería local, siempre se acaba uno topando, antes o después, con el Savoy y el Carabela y, por extensión, con sus camareros de leyenda, Paquito y Eloy.
Ese equilibrio de poder se fue al garete cuando el Savoy echó el cierre y mantuvo la verja puesta durante casi una década. Ahí llegó el monopolio absoluto del Carabela, que apenas se inquietaba, mínimamente, por Los Soportales, allá a lo lejos, en otra Liga. No se veían más bares a la redonda. El Tío Gilito, aunque también fuese capaz de servir gintonics, no contaba.
Las cosas empezaron a cambiar cuando abrió el San Francisco, (...)