martes, 27 de enero de 2015

Maldita sea, muchacho

Maestro. Dicho de una persona o de una obra: de mérito relevante entre las de su clase. Esto es lo que recoge el diccionario de la RAE. Seguro que José Luis Alvite habría encontrado una definición mejor, una en la que, bajo cualquier excusa, habría colado la barra del Savoy, las crónicas de Chester Newman y, por el medio, perdida entre un par de metáforas, una corista que hubiese llegado rebotada de Atlantic City.
Por la capilla de Alvite, expuesta en las columnas de los periódicos, han ido desfilando los mejores de la profesión, en una especie de besamanos digno de El Padrino que ha constituido un termómetro perfecto para examinar la grandeza del fiambre. La cola, obviamente, daba varias vueltas a la rotativa.
El flechazo con Alvite llegaba a base de aforismos, frases cortas, casi epitafios, que deslizaba en sus columnas (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/387162-maldita-sea-muchacho

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