martes, 24 de febrero de 2015

Cuelga tú

Habrán observado que la ciudad se encuentra jalonada por pequeños monolitos que constituyen, por sí mismos, un museo del pasado. Son las cabinas de teléfonos. ¿Deberíamos conservarlas? En medio de la política municipal de recuperar espacio para el ciudadano, la respuesta es obvia: no. Porque donde hay una cabina hay un trozo de acera sin reconquistar. Eso lo sabe Mosquera y cualquiera que haya querido aparcar en el centro.
Otra cosa son los sentimientos. La melancolía. Los recuerdos asociados a cada teléfono. No disponemos de cabinas rojas, londinenses, y lo más parecido a un diseño vanguardista fueron aquellas nuevas terminales de R con forma de seta que Lores inauguró en 2001, (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/393350-cuelga

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